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Conflicto de los Siglos | Capítulo 28: La verdadera conversión es esencial

2 agosto, 2020
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Para tomar la mano de Jesús debemos soltar la del mundo

La Biblia relata la historia de un hombre conocido como Juan el Bautista, el cuál es recordado como aquel que venía a preparar el camino para el Mesías tan esperado, el libertador de la humanidad. La irrupción de este hombre tiene muchos matices, uno de los principales es su fervoroso llamado al bautismo, una invitación inédita, puesto que iba dirigido a los propios hijos de Jacob. Este bautismo no era solo un acto ritual de limpieza ceremonial, era el “bautismo del arrepentimiento” y la invitación era en definitiva para abrazar una nueva vida por la fe en el Hijo de Dios.

Para buscar una nueva vida se debe tener deseos de dejar la vida actual, se debe querer un cambio radical. El ser humano debía llegar a un punto en el cual reconoce que no hay nada bueno en sí mismo. ¿Cómo llegar a este punto? Mateo capítulo 3 versículo 2 nos muestra el eje central de la predicación e invitación de Juan: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. La clave para la nueva vida es el arrepentimiento. Luego, el propio Jesús vendría a ratificar este principio; está registrado en Mateo capítulo 4 versículo 17: “Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Nuevamente se repite el concepto: es necesario arrepentimiento para abrazar una nueva vida.

Así como en los días de Juan el bautista, han existido momentos en que muchos han aceptado el llamado al bautismo con fervor, pero al corto tiempo se han decepcionado de no observar cambios en su vida; comparan su vida con los apóstoles de Cristo y se entristecen al verse tan lejos de estos. ¿Por qué pareciera que el poder transformador del Espíritu Santo no les acompaña?  ¿Por qué tropiezan una y otra vez en los mismos errores? ¿Por qué les parece que no son aptos de predicar como Pedro, quien en un sermón pudo alcanzar la vida de centenares de personas?

Este capítulo sustenta que la respuesta a las preguntas planteadas anteriormente tiene que ver con que las conversiones modernas no presentan una genuina renuncia al yo, puesto que los reavivamientos populares están priorizando el llamado a las emociones del ser humano, dejando en un segundo plano el llamado al arrepentimiento. Cuando no se renuncia al yo, no se deja lugar a la obra del Espíritu Santo. Cuando no se le entrega el corazón a Jesús, pero se reserva una fracción de este para alimentar los deseos personales y egoístas, no se puede gozar de una nueva vida.

Esta situación es peligrosa, puesto que hoy los seguidores de Jesús esperan que antes de los juicios finales de la tierra venga un gran reavivamiento, es por esto que cuando comienza a experimentarse una explosiva propagación del Evangelio, la emoción puede cegar el entendimiento, y es importante que nos detengamos a pensar: ¿realmente estamos entregando nuestra vida completa a Jesús?

Según Romanos 8:7, el ser humano por esencia está enemistado con Dios, mas mediante el nuevo nacimiento ahora el nuevo corazón nace conforme a la palabra de Dios (Salmos 40:8). En esta  guerra contra el pecado la debilidad humana se une con el poder divino, pero es necesario renunciar a la vida pasada… ¿Estás dispuesto a comenzar una nueva vida?

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