Este capítulo se desarrolla en torno a la inmutabilidad de la ley de Dios, y su importante función en el juicio final; el mismo apóstol Pablo declara que: “Cuantos han pecado bajo la ley, por la ley serán juzgados’’; además se relata que existirá un poder encargado de llevar a todo el mundo a una falsa adoración a Dios, el cual pasará por alto los preceptos de la ley divina. El fundamento de la idea de que la ley es eterna e inmutable, se encuentra en estudio del arca del pacto, ya que es la ley divina la que la dota de su carácter sagrado. En el santuario celestial, en el lugar santísimo, se encuentra la ley divina; según White ‘’quienes llegaron a comprender este punto fueron inducidos a reconocer el carácter sagrado e invariable de los diez mandamientos’’.
Esta ley consiste en diez preceptos que muestran el carácter de Dios y sus requerimientos de santidad. En el corazón mismo de la ley se encuentra el cuarto mandamiento, el cual dice: “Acuérdate del sábado para santificarlo’’. Quienes estudiaron las razones por las cuales se guardaba el Domingo en lugar del día que Dios había santificado en la Biblia, no pudieron encontrar en su palabra ninguna prueba de que el cuarto mandamiento hubiese sido cambiado. He ahí la importancia del cuarto mandamiento, como uno de los preceptos que guardará el pueblo de Dios en los últimos días; como previó el apóstol Juan: “En esto está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús” Apocalipsis 14:12
La importancia del sábado concierne a:
1.- Forma parte de la invariable ley de Dios.
2.- Es la institución conmemorativa de la creación, por lo que nos lleva a adorar al Dios Creador de los cielos y la tierra.
3.-Es muestra de obediencia a Dios y antagónica a la obediencia a la bestia.
Entendiendo la inmutabilidad de la ley de Dios, podemos afirmar que cada uno de los mandamientos es válido y deben ser respetados por quienes aceptan la gracia redentora de Cristo y reciben al Espíritu Santo que los capacita para su obediencia. Lo antagónico a la obediencia al día de reposo establecido por Dios, se denomina ‘’la marca de la bestia’’; Apocalipsis 14:9,10 nos dice: “¡Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su frente, o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios!”
Sin embargo, ¿Que representan la imagen de la bestia y su marca? La imagen de la bestia representa a una nación que tiene ciertos rasgos característicos descritos en la profecía; y solo existe una nación que cumple con estas características, esta es Estados Unidos, una nación fundada en principios de libertad, pero que en los últimos días desarrollará un espíritu de intolerancia y persecución. Su constitución garantiza que “el congreso no legislará con respecto al establecimiento de una religión ni prohibirá el libre ejercicio de ella”, por lo que, solo violando estas garantías de la libertad, se impondrá por la autoridad civil la observancia de deberes religiosos.
Ellen de White nos dice que: ‘’cuando la iglesia primitiva se corrompió al apartarse de la sencillez del evangelio y aceptar costumbres y ritos paganos, perdió el Espíritu y el poder de Dios; y para dominar las conciencias buscó el apoyo del poder civil’’. El resultado fue el papado, una iglesia que dominaba el poder del estado y se servía de él para promover sus propios fines y especialmente para extirpar la “herejía”. Estados Unidos, convertido en la imagen de la bestia, se transformará en el poder religioso que domine el gobierno civil y emplee la autoridad del estado por la iglesia para cumplir sus fines.
El rasgo más característico de la bestia, y su imagen, es la violación de los mandamientos de Dios. Daniel dice del cuerno pequeño, o sea del papado que: “Pensará en cambiar los tiempos y la ley” Daniel 7:25. La idea de que Cristo cambió el día de reposo, está refutada por el mismo, en el sermón del monte, dijo: “No penséis que vine para invalidar la ley, o los profetas: no vine a invalidar, sino a cumplir. Porque en verdad os digo, que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni siquiera una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo sea cumplido’’, y en además Cristo agrega en Mateo 12:8 refiriéndose a sí mismo que: “El Hijo del hombre es Señor del sábado”.
La iglesia católica reconoce que el cambio del día de descanso fue hecho por ellos, haciendo la declaración: “Bajo la ley antigua, el sábado era el día santificado; pero la iglesia, instruida por Jesucristo y dirigida por el Espíritu de Dios, sustituyó el sábado por el domingo; de manera que ahora santificamos el primer día y no el séptimo. Domingo significa día del Señor, y es lo que ha venido a ser”. Según estas palabras, podemos notar que la iglesia romana no ha renunciado a sus pretensiones de supremacía; y cuando el mundo y las iglesias protestantes aceptan un día de descanso creado por ella, rechazarán el día de descanso de la Biblia. Ellen de White nos dice: ‘’pero al hacerlo pasan por alto el principio mismo que los separa de Roma, es a saber, que “la Biblia, y la Biblia sola es la religión de los protestantes”. La imposición de la observancia del domingo por parte de las iglesias protestantes, se convierte en la marca de la bestia, ya que, es una imposición de que se adore a la bestia misma.
Se preguntarán ¿qué sucedió con los cristianos de las generaciones pasadas que observaron el domingo creyendo guardar así el día de descanso bíblico? ellos serán juzgados de acuerdo a la luz que hayan tenido en ese tiempo, es decir, de cuanto haya progresado el conocimiento de la verdad hasta ese entonces. Que no se malinterprete, hay verdaderos cristianos en todas las iglesias, aún en la católica, que creen sincera y honradamente en lo que se les ha enseñado. Dios acepta su sinceridad de propósito y su integridad, mas ‘’cuando la observancia del domingo sea impuesta por la ley, y el mundo sea ilustrado respecto a la obligación del verdadero día de descanso, la iglesia y el estado se unirán para obligar a “todos, pequeños y grandes, así ricos como pobres, así libres como esclavos”, a que tengan “la marca de la bestia” (Apocalipsis 13:16), entonces, el pueblo de Dios tendrá que hacer una elección, entre obedecer a Dios y sus preceptos u obedecer a la bestia y su imagen.