Continuando con el capítulo anterior, el ser humano ha buscado respuestas a las más inquietantes preguntas acerca de la vida y la muerte. Lamentablemente, Satanás utiliza la distracción, el engaño y apariencias vistosas para que el ser humano acepte enseñanzas y doctrinas que se alejan de la verdad. La inmortalidad natural es un principio que se encuentra en diferentes culturas y sociedades que fundamentalmente tienen raíces en la filosofía pagana. El propósito de estos engaños, como se profundiza en el capítulo, es distraer nuestra adoración a Dios y atraerla a la creación.
Además de dar paso a la doctrina del infierno, tergiversando el amor y justicia de Dios, aceptar que el ser humano posee un alma inmortal da las bases para introducir el espiritismo moderno. Este el último consiste en creer que los muertos tienen relación con los vivos teniendo interacción, relación y además revelan verdades al ser humano en vida. La estrategia del enemigo tiene 2 variantes: la primera es para aquellos escépticos que concluyen que toda señal espiritual es falsa, un espectáculo y engaño humano negando así toda influencia del enemigo. Si bien existen exhibiciones cuyo propósito es satisfacer la imaginación, también es cierto que “apariciones” o aquellos espíritus con quienes se comunican los médium son ángeles comisionado por Satanás. De esta manera, lo que parece simple entretenimiento es más una relación con el enemigo. La segunda forma de engaño es para aquellos que aceptan abiertamente la invitación a contactarse con aquel amigo o familiar fallecido, ya sea por curiosidad, por aceptar perdón o tener más conocimiento acerca del estado de la muerte, dan oportunidad a recibir palabras directas del enemigo y por la emoción de este “encuentro” aceptan todo tipo de enseñanzas. Para ambos grupos el engaño es el mismo. El enemigo usará sus ángeles para dar información sobre eventos que ocurrirán en el futuro e incluso realizará obras de sanación para que el público sea dominado por sus sentidos dejando a un lado la razón y el fundamento de las Escrituras.
El gran golpe del espiritismo es nublar la razón con emociones. El espiritismo es atractivo para el ser humano, pues coloca como fuente de la verdad al ser humano. Argumentarán que tal nivel de conocimiento y verdad solamente es obtenido una vez que se hayan encontrado consigo mismo. La esencia del espiritismo mueve a las personas a considerar su juicio como la máxima norma, será lo que ellos ven, reciben, piensan y concluyen como la verdad. Una vez que las personas acepten con fe ciega las palabras de estos agentes satánicos es cuando comienza la negación directa de las Escrituras. Poco a poco, aquellos que tenían la Biblia como consejo en su vida serán guiados a la mentira a tal punto de negar la divinidad de Cristo. No basta recibir consejo de la Biblia. Es necesario que las enseñanzas obtenidas en la Biblia sea lo que forme nuestras convicciones, que la Biblia sea la fuente de la verdad y autoridad para determinar ciertas o falsas las experiencias espirituales.
“Y os habéis vestido del nuevo {hombre,} el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó” (Colosenses 3:10). No se trata de asemejarnos más al propio ser humano y seguir sus impulsos y corrientes de pensamiento. Tampoco de seguir la invitación de aparente conocimiento y estado de la verdad por Satanás. La invitación es ser renovados y restaurados como Dios quiere, es decir, a su imagen. Llegará el momento en que lo que nuestros sentidos serán impresionados y nuestra razón desafiada a creer lo que vemos y escuchamos. Esta batalla no puede ser ganada por nuestra lógica, sino en utilizar nuestras capacidades a la luz de la Biblia.