«Y el pueblo creyó; y oyendo que Jehová había visitado a los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron» Éxodo 4:31
Son las 14:00 horas. Parece que el reloj avanza más deprisa de lo normal, aún me falta limpiar el comedor, preparar la cena, lavar los platos y claro arreglarme. Mi visita llega a las 17:00 horas ¿Alcanzaré a terminar todo? Y si no ¿Qué es lo que puedo prescindir?
No sé si has vivido una escena como esa mientras esperas que llegue tu visita. Dejar todo listo y preparado, impecable. No con el propósito de quedar bien o recibir elogios sino para recibir de la mejor manera a la persona invitada. Ahora bien, ¿Qué pasaría si la persona que tanto esperas demora o incluso no llega? Creo que al menos sentirías frustración.
En la Biblia aparece en distintas circunstancias la palabra «visita». Usualmente aparece como «Dios visitando». ¿A quién visita?
Israel menciona a sus hijos que «Dios ciertamente os visitará» (Génesis 50:24), por otra parte, Dios dice que el «visita la maldad» (Números 14:18). Es decir, Dios visita tanto a justos como a injustos. Por lógica y moral humana asumimos que la visita a los justos es para bendecirlos con su presencia y a los injustos los visita con el propósito de castigarlos. Pero eso es lo que podríamos asumir.
Veamos en que situaciones Dios visita a los llamados injustos.
Caín: Caín mató a su hermano Abel, fue el primer asesino de la historia. Podríamos asumir que la justicia tendría que aplicarse con su misma muerte, pero cuando Dios visita a Caín pasa la siguiente.
» Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?» (Génesis 4:9)
Ls visita tuvo el propósito de que Caín se hiciera responsable de sus acciones, es decir, se esperaba a que reconociera su maldad. Pero lamentablemente no fue así, así como Adán y Eva, no le tomaron peso a sus acciones. Ahora si esperaríamos algún castigo por parte de Dios, pero la historia sigue.
«He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.» (Génesis 4:14,15).
Antes de ello, Dios había «maldecido» a Caín o más bien describió las consecuencias de sus acciones. Luego de eso, Caín temió por su vida. Pero Dios le colocó una señal para evitar ser destruido por venganza de otra persona.
La visita de Dios hacia quien tenia el objetivo de redimirlo, pero al no asumir sus acciones no tuvo más opción que las dejar que las consecuencias de sus acciones siguieran su rumbo.
Torre de Babel: La construcción de la torre de Babel rompe directamente la orden que Dios le dio a Adán y Eva, ellos tenían que multiplicarse y llenar la tierra (Génesis 1:28), pero en cambio, esta construcción tenía el propósito de juntar a una multitud de personas en un único lugar. (Génesis 11:4)
Desconocemos el tiempo de la construcción, pero difícilmente haya sido en un día. Luego la Biblia menciona que Dios se dirige donde ellos y les habla: «He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.» (Génesis 11:6-8).
El propósito de esta acción era evitar que al construir en un único lugar, la maldad se multiplicara como ocurrió previo al diluvio. Podemos seguir leyendo en Génesis que eso no desistió la determinación de las personas, construyendo grandes ciudades como lo fue Sodoma y Gomorra.
Cuando Dios visita, tiene el propósito de que las personas reconozcan sus errores, de redimirlas y librarlas del mal. Lamentablemente, se repite la historia en que las personas no desiste de sus planes y son esclavos de sus consecuencias.
Si te sientes hoy esclavo del pecado y del dolor, la visita Dios traerá paz y libertad. Pues así como Dios visitó a Israel mientras estaba cautivo en Egipto, también quiere visitarte.
Y el pueblo creyó; y oyendo que Jehová había visitado a los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron. (Éxodo 4:31)